La cuperosis produce la dilatación de los pequeños vasos sanguíneos de la piel, situados en la capa superficial de la dermis. El término médico correspondiente a estas dilataciones vasculares es telangiectasias.
La red de vasos sanguíneos dibuja una telaraña. Esta red puede variar en función de cada persona y su tipo de piel, edad, la temperatura o las variaciones térmicas internas y externas.
Cómo se muestran estas rojeces puede variar, aunque suelen guardar cierta simetría: las alas nasales y los pómulos son las zonas más afectadas y en las mejillas se manifiesta de manera general. Pero, ¡cuidado! La cuperosis puede aparecer en cualquier parte del rostro. Cuando las dilataciones vasculares son difíciles de distinguir a simple vista y el enrojecimiento predomina, entonces hablamos de eritema o rojeces.
Es una enfermedad crónica que afecta, principalmente, a personas con la piel clara y fina.