Los comedones, también llamados espinillas, son las lesiones iniciales del acné. Se producen por una obstrucción del folículo, cuando se tapona debido a la excesiva producción de queratina. Existen comedones cerrados o comedones abiertos, estos últimos también conocidos como puntos negros. Para prevenir futuras lesiones en la piel, es necesario un cuidado y limpieza diarias, adecuadas al tipo de piel, teniendo excesivo cuidado con las pieles grasas con tendencia acneica.
Estos tipos de piel acostumbran a ser muy sensibles, y la inflamación producida por las lesiones pueden provocar la aparición de manchas que tardan hasta varias semanas en desaparecer. Por este motivo, es necesaria una rutina de limpieza y cuidado que trate de forma específica las características de cada tipo de piel, ya sea piel sensible, piel mixta o piel grasa con tendencia acneica.
Por la mañana y por la noche, la piel se ensucia de forma natural, con el sudor, la cantidad excesiva de sebo que produce tu piel, células muertas, bacterias, maquillaje, protector solar, polvo y partículas contaminantes que se adhieren a la superficie… La limpieza, dos veces al día, es la única forma de eliminar todas estas impurezas que se acumulan en la piel(1). De lo contrario, la piel se sofoca, los poros se bloquean(2) y el acné aparece. Incluso por la mañana, un simple enjuague con agua no es suficiente para eliminar las impurezas que se depositan en la piel durante la noche.