Palabra de Experto
Llega el verano y con él, los planes al sol. Con el buen tiempo las horas que la piel se expone al sol se multiplican y aunque es agradable sentir el calor y tener nuestra piel bronceada, lo cierto es que el sol presenta un gran riesgo que se manifiesta en la piel conforme pasa el tiempo.
Es importante saber que las manchas y arrugas en la piel son causadas principalmente por la exposición solar. Lo curioso es que no surgen inmediatamente después de un verano de playa, si no a lo largo de los años.
A continuación la Dra. Marta Vilavella, dermatóloga de IDERMIC y colaboradora de BIODERMA, aclara tus dudas acerca cómo prevenir y corregir las consecuencias del sol en la piel.
La radiación ultravioleta A es la responsable de que nos aparezcan manchas en la piel (léntigos actínicos o solares). La piel se protege de esta radiación solar fabricando melanina, un pigmento dérmico que proporciona la primera línea de defensa de nuestro organismo contra los efectos dañinos de la radiación ultravioleta, ya que bloquea su penetración. También se engrosa la capa córnea de la epidermis, aportando protección adicional frente al daño de la radiación.
Con los años, estos mecanismos se vuelven menos efectivos y este aumento de melanina se traducirá en manchas, también conocidas como manchas de la edad.
Evitar el sol al cien por cien es bastante improbable, sobre todo cuando llega el buen tiempo. Pero no todo está perdido. Conoce un poco más de cómo puedes proteger la piel y disfrutar del sol, previniendo la aparición de manchas y arrugas.
La protección es básica para prevenir el envejecimiento (manchas de sol en la cara, arrugas y líneas de expresión). Para ello debes utilizar cada mañana un protector solar de amplio espectro para que proteja a la piel frente a todas las radiaciones: UVA, UVB, infrarrojos y luz visible. Se debe aplicar después de la crema hidratante y antes del maquillaje.
Es importante aplicar suficiente producto: para toda la cara, por ejemplo, se aplica la cantidad de crema que cabe en la longitud del dedo índice y medio.
También se debe reaplicar el protector cada 2 horas y después de cada baño.
Primero de todo hay que diagnosticar los tipos de manchas que se padece, no todas las manchas son iguales ni aparecen por la misma causa y por lo tanto no se van a tratar de la misma manera. Uno de los errores más comunes es auto-tratar las manchas con cremas despigmentantes, no solo pueden no funcionar si no que puede empeorar la pigmentación de la mancha si se expone al sol. Por ello, el dermatólogo es el especialista más adecuado para poder diagnosticar de qué tipo se trata y cuál es el tratamiento adecuado para eliminarla
Los protectores deben de ser de amplio espectro para proteger frente a la radiación UVB y UVA, ser capaces de atrapar radicales libres, poseer enzimas o sustancias activas que estimulen los sistemas de reparación del ADN y, por supuesto, ser estables y seguros.
La aplicación de un protector antimanchas es la misma que un protector convencional. Aplicándolo por la mañana y reaplicando cada 2 horas.
La vitamina C (o ácido ascórbico) tiene una función antioxidante ya que neutraliza los radicales libres y regenera las células. También posee un efecto iluminador ya que actúa en los procesos de síntesis de melanina (inhibe la enzima tirosinasa) mejorando las manchas y previniendo su formación. Además, puede estimular la producción de colágeno que es la proteína responsable de mantener la firmeza natural de la piel.
La radiación UVA es la responsable del fotoenvejecimiento de la piel. Los rayos actúan sobre las dos capas de la piel: epidermis y dermis. En la epidermis, la capa más superficial, se produce un adelgazamiento de la misma, y en la dermis, la más profunda, se produce una degradación de la matriz extracelular con desintegración de las fibras de colágeno y elastina, todo ello va a provocar aparición de arrugas, deshidratación y flacidez.
La vitamina E, posee un gran efecto antioxidante frente a los radicales libres responsables del envejecimiento de la piel. Varios estudios han reportado una absorción de la radiación ultravioleta similar o mayor que varios agentes químicos empleados en filtros solares (nos protege del sol). Además, protege en la proliferación celular en el sistema inmune.