Entender mi piel
¿Cuáles son los signos del envejecimiento de la piel?
El envejecimiento de la piel es un proceso continuo que se materializa de distintas formas.
Entender mi piel
El envejecimiento de la piel es un proceso continuo que se materializa de distintas formas.
Con el paso del tiempo y los años nuestra piel va perdiendo su capacidad regeneradora y aparecen las primeras líneas de expresión hasta convertirse en arrugas propiamente dichas.
Debemos tener en cuenta que el rostro no envejece igual que lo hace el resto del cuerpo. Nuestro rostro no está únicamente sujeto a la gravedad, sino también a las expresiones faciales; responsables de un envejecimiento de la piel más acelerado. Además también está más expuesto a agresiones externas.
El envejecimiento es una ralentización gradual del metabolismo de la piel. En mujeres, normalmente empieza entre los 25 y los 30 años y evoluciona de manera gradual. Cuando observas cambios en la textura y el color de la piel, y empiezan a aparecer las primeras arrugas, significa que la piel es más fina y está más seca, por lo que se vuelve menos resistente a los daños. También observamos que la piel se vuelve menos elástica debido a la disminución de secreción de sebo.
La piel envejece siguiendo un proceso cronológico determinado por la genética, pero también se ve influenciada por el estilo de vida, la dieta, el estrés y las toxinas a las que nos exponemos diariamente.
La piel sufre también estrés oxidativo, que colabora en el proceso. Este fenómeno biológico es causado por radicales libres (como los rayos UVA) que dañan las estructuras celulares. Estos radicales se producen naturalmente en nuestro organismo, por lo que las células tienen mecanismos de defensa para combatirlos.
La piel está sometida a dos tipos de envejecimiento:
1. Envejecimiento intrínseco:
Corresponde al envejecimiento supeditado al paso del tiempo; afecta al cuerpo entero y es consecuencia de la genética, de factores fisiológicos y en ocasiones patológicos.
2. Envejecimiento extrínseco:
Este tipo de envejecimiento se debe al estilo de vida y a factores ambientales; principalmente a la exposición solar, pero también al consumo de tabaco, los niveles de estrés e incluso la contaminación.
Con la edad, se genera un desequilibrio de los oxidantes, como los factores medioambientales y estilo de vida, y los antioxidantes, que son los métodos de defensa naturales del cuerpo.
Los antioxidantes, son moléculas que inhiben a los radicales libres (Vitaminas C y E) o fortalecen las defensas naturales del organismo (selenio, zinc, coenzima Q10, ácido hialurónico y el superóxido dismutasa). Los antioxidantes desempeñan un papel crucial a la hora de combatir el proceso de envejecimiento de la piel, ya que limitan el impacto dañino de los agresores oxidantes responsables de la maduración de la piel.
Sol: efecto de los Rayos Uva en la piel
Se trata de uno de los principales factores externos responsables del envejecimiento cutáneo por estrés oxidativo. Para darnos cuenta, únicamente debemos observar las áreas de nuestro cuerpo con más exposición solar; el cuello, el pecho, la cara, las manos, los brazos y la espalda. Veremos que estas zonas son también las que más han envejecido. La piel de estas zonas puede arrugarse y desarrollar otras micro lesiones en la piel como la hiperpigmentación, debido a la exposición solar recurrente.
Las personas rubias de fototipo claro, son más susceptibles a los efectos de los rayos uva y uvb que las personas de piel más oscura. La piel tiene memoria, por lo que la duración e intensidad de la exposición a lo largo de la vida, también son factores del envejecimiento a tener en cuenta.
Tabaco: Los efectos del consumo de tabaco
Fumar es otro de los factores principales que afectan al envejecimiento de la piel, debido a su toxicidad directa, e indirecta a través de los vasos sanguíneos, el tabaco daña las fibras elásticas de la piel y promueve la producción de radicales libres.
Nutrición: La importancia de una buena alimentación
Mantener una dieta sana y equilibrada es extremadamente importante ya que una dieta pobre en proteínas, grasas buenas, vitaminas y antioxidantes, no proporciona al cuerpo las herramientas necesarias para mantener las defensas y regenerar el tejido dañado.
El rol del estrés
El estrés consume mucha energía y aumenta la producción de radicales libres. En la cara, influye mayoritariamente en aumentar la tensión muscular lo que consecuentemente aumenta la tensión cutánea y resulta en envejecimiento. Además, la falta de sueño que puede provocar el estrés reduce la habilidad del organismo de defenderse y activar los procesos de regeneración de la piel.
Si quieres evitar los signos de envejecimiento, es importante cuidar la piel y llevar una vida sana.
¡No, no somos todos iguales! El envejecimiento cutáneo de algunas personas se inicia antes que en otras, todo depende del tipo de piel y la genética. Por ejemplo, la piel seca y fina desarrolla líneas de expresión con mucha más facilidad que la piel grasa.
En cualquiera de los casos todo el mundo debería proteger la piel joven de factores medioambientales capaces de debilitarla. Desde BIODERMA recomendamos que la piel joven empiece a usar tratamientos o cuidados para prevenir los primeros signos de la edad a partir de los 25 años, no son sólo válidos para la piel madura.
Evitar todos los agresores externos posibles mediante la mejora del estilo de vida:
Tu higiene facial debe ser minuciosa; recuerda desmaquillarte siempre y limpia tu rostro con productos suaves que no dañen tu piel. Exfoliar de vez en cuando y de manera apropiada, puede ayudar a eliminar las células muertas y a estimular la renovación de la piel.
Las personas con pieles sensibles deben tener cuidado con los productos que aplican en su piel y evitar productos irritantes, existen productos creados específicamente para este tipo de pieles.
Además de los productos esenciales de protección solar, existen otras estrategias para cuidar tu piel en función de la edad que tengas. Cuanto más madura, más seca se vuelve la piel y más hidratación necesita.
Empezando entre los 30 y los 35 años, los tratamientos antiedad desaceleran el envejecimiento de la piel, rellenando las líneas de expresión. Más adelante el tratamiento cambia y el objetivo de la crema hidratante pasa a ser la mejora de la firmeza y el tono de la piel, así como la prevención de la flacidez.
En condiciones normales el tejido de la piel se auto renueva por completo cada 28 días. Con la edad la epidermis se renueva más lentamente y todos los procesos se ralentizan. Los tratamientos para pieles maduras impulsan la activación de este proceso de regeneración cutánea.
La piel madura experimenta más dificultad a la hora de regenerarse, por lo que los tratamientos aplicados deben ser específicamente formulados para crear las condiciones óptimas para este rejuvenecimiento natural.
En Bioderma confiamos Matricium, nuestra solución en ampollas recomendada por farmacéuticos como producto infalible para hacer una reparación cutánea y regenerar y cuidar la piel en profundidad. Nuestra fórmula con 63 ingredientes biocompatibles consigue que hasta las pieles más sensibles o castigadas recuperen la firmeza y uniformidad.
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