El eccema en niños
El eccema en niños
“El eccema es una enfermedad molesta que se puede cuidar y tratar”
Anne-Laure, madre de Maxime (10 años) y Hadrien (4 años).
El eccema en niños
“El eccema es una enfermedad molesta que se puede cuidar y tratar”
Anne-Laure, madre de Maxime (10 años) y Hadrien (4 años).
Cada vez son más los niños que sufren de eccema atópico en todo el mundo. Es un problema que, según los dermatólogos, ha crecido entre la población. Entre el 10 y el 30% de los niños de los países industrializados se ven afectados y el número de casos se ha triplicado en los últimos 30 años. El nombre técnico que se le da a esta forma particular de eccema es dermatitis atópica (a menudo abreviada como EA). Los síntomas generalmente comienzan a los 3 meses de edad, pero pueden aparecer justo al nacer o mucho después. Es una enfermedad cutánea muy frecuente, aunque no contagiosa. Se puede reconocer fácilmente por las manchas rojas secas en la cara y en todo el cuerpo. Pueden aparecer pequeñas ampollas llenas de líquido que pueden supurar y dejar costras. Y, sobre todo, se percibe porque el picor es intenso. No es fácil para los más pequeños, ni para sus padres...
6 puntos fundamentales para lidiar con el eccema atópico
No esperes a que el eccema desaparezca por sí solo. Sé proactivo. Hay todo tipo de soluciones para ayudar a prevenir y tratar cada brote. No hay ninguna razón por la que un niño tenga que soportar su dermatitis atópica cuando es posible controlar los brotes y hacer su vida más fácil.
El molusco contagioso es una enfermedad cutánea bastante frecuente entre los más pequeños. Se cura por sí sola, pero también puede agravar el eccema.
“Julia siempre ha sufrido de eccema atópico, pero en el último año ha empeorado. El molusco contagioso ha provocado que le hayan aparecido más manchas rojas en las piernas, así como una serie de pequeños granos por el cuerpo... "
Aude, madre de Julia (5 años)
No siempre nos damos cuenta, pero el eccema atópico es una enfermedad visible para los demás y, por este motivo, puede tener un impacto psicológico en el comportamiento de los niños.
¡Algunos niños han vivido toda su vida con eccema y no saben cómo es vivir sin esta enfermedad! Otros llegan a conocer el picor y las sensaciones desagradables de las famosas manchas rojas cuando crecen. Sea cual sea su edad, la experiencia generalmente afecta al comportamiento de los niños, dependiendo siempre de la gravedad del eccema.
1. Tu hijo se suele despertar por las noches y se agobia con facilidad
Este es un clásico escenario entre bebés y niños que tienen eccema atópico. Sienten ardor y picor intenso, cosa que provoca la interrupción del sueño por la noche y durante las siestas. Por lo tanto, no duermen lo suficiente, lo cual es fundamental cuando son pequeños. Dependiendo del niño, la fatiga puede acumularse hasta el punto de perder los nervios fácilmente durante el día, de hecho, su estado de ánimo cambia repentinamente y puede volverse bastante irritable.
"La semana pasada, Julia se quejaba de una mancha roja que le molestaba. No quería irse a la cama y pedía que le echara la crema del tratamiento tópico. Tenía miedo de no poder dormir debido al eccema. Le puse un poco de crema humectante encima y funcionó. Al final se calmó y pudo irse a la cama sin ningún problema".
Aude, madre de Julia (5 años)
2. Tu hijo está muy inquieto
Esto también es consecuencia del picor y el malestar que causan las manchas de eccema. Los niños parecen estar inquietos y con mucha energía, moviéndose y retorciéndose por todos lados. Los más mayores pueden tener problemas para estar quietos durante períodos largos, lo que puede afectarles en el colegio. Pueden llegar a tener dificultades para concentrarse debido a la inquietud, picor, cambio de posición constante. Se sienten siempre inquietos porque les pica mucho el eccema.
3. Tu hijo no se siente cómodo consigo mismo
Si la dermatitis atópica es grave y continúa durante meses o incluso años, puede acabar afectando al niño y al desarrollo de su identidad. La dermatóloga, Dra. Bourrel-Bouttaz, analizó los autorretratos pintados por niños con piel atópica. Analizó los sentimientos y emociones típicas en estos niños, concluyendo que pueden sentirse diferentes a los demás y tener una visión dolorosa de su cuerpo, hecho que los lleva a una profunda tristeza, la cual a menudo permanece oculta. Los padres suelen preocuparse pero es importante que tranquilicen a sus hijos y les proporcionen recursos necesarios para poder recuperarse y hacer frente a este tipo de situaciones desagradables.
"El año pasado, durante el confinamiento, Julia rara vez iba al colegio con pantalones cortos o falda. Este año, voy a hablar con ella, ya que tiene manchas rojas de eccema y manchas de molusco contagioso. Tiene que aprender a lidiar con su enfermedad. Los niños, incluso cuando son pequeños, no lo pasan bien en estas situaciones. En cualquier caso, adoptaré mi perspectiva habitual de quitarle importancia al asunto".
Aude, madre de Julia (5 años)
El eccema tiene un impacto psicológico real
No podemos permitir que el eccema atópico grave altere la vida familiar. Sabemos que los bebés lloran para expresarse y poder comunicar su malestar. Como padres, es difícil mantener la calma cuando tu hijo llora todas las noches. Por otro lado, los niños más mayores pueden hablar sobre su angustia, pero también pueden estar irritables, tristes o hiperactivos, comportamientos que pueden malinterpretarse. Lo mejor es observar e intentar entender el impacto psicológico de la dermatitis atópica para poder gestionarla de manera efectiva.
Obviamente, los padres están en primera línea. Físicamente, son los que más sufren el agotamiento. La interrupción del sueño de los niños también provoca malas noches para los padres y termina derivando en fatiga acumulada.
Psicológicamente, los padres de niños con piel atópica se sienten solos e impotentes. Con el eccema del niño, desarrollar un vínculo con él a veces puede resultar complejo. El diagnóstico puede tardar en llegar, ya que esta enfermedad de la piel aún no es demasiado conocida. Muchos padres hablan de soledad y confusión. Algunos incluso pueden sentirse culpables, como si se sintieran responsables de lo que le está sucediendo a su hijo, incluso aunque el eccema no sea una enfermedad grave.
"Ver sus piernas con manchas rojas me hace sentir impotente. La cortisona le calma, pero no es recomendable usarla todo el tiempo. La crema emoliente también le alivia el picor, pero no siempre es fácil ponérsela, especialmente cuando su piel se inflama..."
Aude, madre de Julia (5 años)
No dudes en consultar a tu médico o dermatólogo tan pronto como veas una erupción sospechosa que tenga todos los signos clásicos del eccema. Recuerda que existen servicios específicos de eccema atópico en el hospital. El diagnóstico no siempre es fácil y puede llevar tiempo. Lo primero que se debe hacer es empezar con algún tratamiento para la dermatitis con el objetivo de que los brotes se espacien en el tiempo tanto como sea posible. También, trata de identificar los factores desencadenantes: calor, frío, dieta, actividades, ropa, detergente para la ropa, productos cosméticos… Toda esta información puede ser útil para tu médico.
"La dermatitis atópica no siempre se reconoce como una enfermedad. ¡Y si no hay enfermedad, no hay tratamiento! Con demasiada frecuencia, el picor intenso en la piel no se asocia con el eccema. Como consecuencia, los padres aplican corticosteroides tópicos demasiado tarde y no es suficiente. Por este motivo, desconocen cuándo aparecerá o desaparecerá".
Dr Magali Bourrel-Bouttaz, Dermatóloga (Francia)
¡Tu vida diaria tendrá que adaptarse!
"Sufren muchos brotes, pero he notado que si les aplico una crema emoliente, su piel está mejor".
Anne-Laure, madre de Maxime (10 años) y Hadrien (4 años)
"Una crema humectante a veces puede causar ardor. ¡Es normal!"
Dr Magali Bourrel-Bouttaz, dermatóloga (Francia)
La aplicación de una crema hidratante sobre la piel irritada puede provocar escozor y ardor. Esto es normal, pero el tratamiento no debe interrumpirse y no es buena idea dejar de aplicarlo.
Prendas de vestir
Elige ropa hecha de un material suave que no pique, apriete ni irrite la piel.
Reacción
Recuerda siempre que su piel puede reaccionar frente a agentes del entorno fácilmente, algo importante a tener en cuenta para deportes, actividades al aire libre y otros pasatiempos.
Descubre nuestro artículo: "Atoderm Intensive baume: la referencia en el cuidado de la piel atópica"
"El agua de la ducha no debe estar demasiado caliente y debemos secar su piel sin frotar, a palmaditas. También debemos tener cuidado con la ropa, eligiendo materiales suaves y estilos cómodos".
Aude, madre de Julia (5 años)
"A los niños no siempre les gusta ir a la playa. La sal y la arena pueden provocarles ardor en la piel".
Anne-Laure, madre de Maxime (10 años) y Hadrien (4 años)
"Eso es parte de la vida: no siempre podemos controlar nuestro entorno. Al mismo tiempo, si algunas actividades son demasiado dolorosas o vergonzosas, siempre se pueden encontrar otras con las que todos se sentirán cómodos".
Joël Pacoret, psicólogo
Al final, el eccema puede apoderarse rápidamente de gran parte de la vida familiar, y provocar que todos sigan el ritmo de los brotes y los períodos de calma. Los hermanos o hermanas de un niño afectado pueden sentir que los padres siempre están hablando de eso y que su hermano es más importante que ellos en casa.
El eccema atópico es una enfermedad de la piel que, en general, no se conoce bien. No dudes en explicarle la situación a tu hijo para ayudarlo a tranquilizarse. Habla también con los amigos de tu hijo, sus profesores, otros miembros de la familia... No, el eccema no es contagioso; sí, el picor puede ser molesto y no tiene nada que ver con un problema de higiene. El picor intenso también puede explicar por qué tu hijo está inquieto o, incluso, con cambios de humor debido a la falta de sueño. Los servicios dermatológicos en los hospitales llaman a esto educación terapéutica. Cuanto más comprendido, reconocido y apoyado se sienta tu hijo, más fácil le resultará vivir con su eccema. Los médicos conocen bien este problema de la piel. Existen tratamientos efectivos. Poner en práctica a diario los diferentes consejos y sugerencias que te dan te ayudará a prevenir los brotes y a lidiar con el eccema. Son fundamentales para volver a un estilo de vida tranquilo.
"Le explico que el eccema es un problema en la piel relativamente común y que no es grave. Siempre le digo que tenemos que ponernos crema todos los días. Y no le doy más importancia para que no se sienta mal todo el tiempo".
Aude, madre de Julia (5 años)
Descubre más consejos en nuestro artículo : "Soluciones para vivir mejor con eccema atópico"
El eccema, el estrés y la fatiga normalmente van de la mano... Trata de encontrar una forma de organizarte para no agotarte. Tu hijo necesita que sus padres estén en buena forma para ayudarlo a crecer y sentirse seguro. Si las noches se vuelven complejas, turnaos de manera que ambos podáis descansar. Recomendamos no hacer alusión al eccema en otras discusiones. Si eres padre o madre soltera, pide ayuda a la familia de vez en cuando, para que tengas la oportunidad de descansar. Y no dudes en decirle a tu hijo que necesitas dormir. Cuídate y, en la medida de lo posible, tómate un respiro, con actividades que disfrutes y que te puedan ayudar. Si crees que tú o tu hijo necesitáis ayuda, no te avergüences de consultar a un psicólogo que pueda ayudaros a manejar la situación. Como complemento al tratamiento médico, las medicinas alternativas también pueden favorecer a reducir los niveles de estrés en el hogar, algo importante cuando el estrés también puede desencadenar un brote.
No te culpes. Aporta sentido de proporción a la situación. No siempre es fácil, pero hay formas de tratar la dermatitis atópica y mejorar las cosas. Intenta ponerte en contacto con asociaciones de padres que puedan darte todo tipo de consejos.
"Una de mis amigas me hizo sentir mal cuando vio las piernas de Julia". Me dijo: “Haz que la traten de inmediato. No puedes dejarla así. Se lo va a contagiar a su hermano pequeño. Todos se burlarán de ella en el colegio”. Me defendí y le dije que seguía los consejos del médico. No fue una visita demasiado agradable”.
Aude, madre de Julia (5 años).
Tu hijo necesita tu ayuda para desarrollar una imagen positiva de sí mismo desde que es pequeño. Los niños con piel atópica, a menudo, no se sienten bien consigo mismos o se sienten rechazados por otros niños. Como padre, es bueno que le recuerdes sus cualidades y todo lo que le hace especial, ya que es algo que puede ayudar a la confianza en sí mismo. Los deportes, la música, la pintura, la cocina o cualquier otra actividad que le guste puede ayudar a que se olvide del picor mientras se divierte. Pasa tiempo con él, tócalo y abrázalo, incluso si tiene manchas de eccema. Mantén contacto directo con su piel.
"Lo más importante de todo es aplicar la crema y no darle mucha importancia al eccema. Julia necesita que la tranquilicen y la distraigan, sobre todo cuando su eccema está ahí".
Aude, madre de Julia (5 años)
Durante los momentos en los que tú o tu hijo os sintáis deprimidos, recuerda lo más importante: el eccema atópico no es grave ni contagioso. Es una enfermedad que, con un tratamiento e higiene adecuada, le permite al niño vivir una vida normal, como el resto de sus amigos. La educación terapéutica está ahí precisamente por esta razón: para que los padres confíen en los cuidadores y tengan confianza en el tratamiento y en sí mismos. Se deben adoptar dos actitudes necesarias:
La primera, respetar al máximo el tratamiento dermatológico de esta enfermedad, basado en tres pasos clave: un limpiador, un emoliente y corticoides tópicos:
Consejo: no dudes en preguntar sobre la participación en algún programa de educación terapéutica. Te ayudará a comprender cómo evoluciona la piel atópica de tu hijo, así como los beneficios de los tratamientos y los cuidados diarios a seguir.
Y segundo, ayuda a tu hijo en todo lo que puedas para superar su eccema atópico y continuar creciendo con total normalidad. Además, pasar por este tipo de situaciones complicadas facilita el desarrollo de fuerza en el carácter, resiliencia y resistencia que favorecen a la hora de afrontar situaciones de la vida.
"Cambiar la forma de ver el eccema" y "¿Está el eccema realmente en tu cabeza?", dos libros de la Dra. Magali Bourrel-Bouttaz.